Introducción

La
mayoría de los grupos humanos consideradas ancestrales de la
Amazonía se han mantenido estables durante mucho tiempo (Cerón
& Montalvo 1998; Davis & Yost 1983). Y aunque diferentes
agentes externos a su cultura han influenciando en los últimos
50 años, muchas de sus costumbres aun se mantienen, tal es el
caso de la utilización de frutos silvestres en su alimentación
(Mendoza 1994) y por lo tanto desde un punto de vista ecológico;
constituyen importantes dispersores de semillas y predadores de
frutos.
Entre las comunidades indígenas que conservan una
estrecha relación con los recursos del bosque sobresalen los
huaorani. Este grupo ancestral de la Amazonía ecuatoriana
mantiene una gran influencia dentro del Parque Nacional Yasuní
lugar donde se realiza esta investigación con un modelo
económico basado en la cacería, la recolección y
una horticultura reducida. Los Huaorani, han vivido por siglos en el
bosque húmedo tropical, manteniendo un equilibrio con el
ambiente. Pero en las últimas décadas su forma de vida
se ha visto amenazada, al igual que en muchas otras tribus indígenas.
Sus costumbres y tradiciones están cambiando rápidamente
por la influencia externa, así por ejemplo; la adopción
de nuevas tecnologías para la cosecha y la casería,
provoca evidentes transformaciones en las poblaciones naturales de
las especies consideradas como sus preferidas.
Por esta razón este estudio se
enfoca en Oenocarpus bataua, una palma, conocida como "petowe"
en el idioma Huaorani, que tradicionalmente ha sido muy utilizada en
toda la amazonía, y que constituye uno de los mejores ejemplos
de la interacción entre el hombre nativo y los recursos del
bosque.
O. bataua es una palma de dosel, distribuida en
las tierras bajas del Neotrópico y a la cual se le atribuyen
numerosas propiedades nutritivas y medicinales. De O. bataua
se puede utilizar prácticamente todo: las hojas, la fibra, la
madera, el palmito, las flores, los frutos y sobretodo el aceite que
se extrae de este último; cuya calidad es comparable al aceite
de oliva (Sirroty & Malagotty 1950).
Por la variedad de usos que se le atribuyen a O.
bataua, esta especie constituye parte de la idiosincrasia y la
cosmología de los huaorani (Schultes 1974); y debido a sus
propiedades está entre las especies con mayor importancia
económica y etnobotánica.
El objetivo principal de esta investigación es
evaluar el uso de Oenocarpus bataua en dos
comunidades indígenas de la nacionalidad huaorani (Timpoka y
Guillero), comparando el estado de conservación de estas
poblaciones con poblaciones naturales sin influencia antrópica
alguna.
Materiales y Métodos

La metodología consiste en una comparación
del estado de conservación de Oenocarpus bataua en
tres ambientes. 1).La Parcela de 50 ha del Proyecto Dinámica
de Bosque Yasuní (PDBY) que se caracteriza por un bosque
primario sin actividades extractivas 2). Bosque aledaño a la
Comunidad Huaorani de Guillero con una presión de extracción
de alrededor de 15 años y 3). El bosque aledaño a la
Comunidad Huaorani de Timpoka que se caracteriza por una presión,
reciente de 4 años.
Los datos poblacionales de O.
bataua, así como de toda las especies que conforman la
parcela de 50 ha se han analizado desde 1995, por lo que no se
requirió de trabajo de campo adicional, sino que se analizó
los datos existentes. Mientras que para el caso de los bosque con
influencia antrópica, es decir cercano a las comunidades
huaorani, fue necesario establecer 5 transectos de 100 x 20m, en cada
comunidad, a una distancia relativamente cerca de las chacras. En
cada una de estas unidades de muestreo se evaluó el estado
fitosanitario, la fenología, la altura aproximada y la
ubicación de coordenadas UTM de plántulas, juveniles y
adultos. Con esos datos se construyó índices de
densidad y abundancia (D, DR, DMR, DF, IVI) los mismos que fueron
analizados mediante un Análisis Jerárquico de Variancia
y la prueba de t.
Además, por medio de la observación
participativa en cada comunidad, entrevistas dirigidas y la Escala de
Likert se evaluó las aptitudes de la población, con
respecto a la recolección de los frutos silvestres, el consumo
diario, la preparación, y el destino final de la semilla. El
trabajo de campo se llevó a cabo durante los meses de Julio a
Septiembre del 2004. Durante este tiempo se convivió con las
dos comunidades huaorani. También se contó con el apoyo
de las instalaciones de la Estación Científica Yasuní,
perteneciente a la Pontificia Universidad Católica del
Ecuador, que sirvió de campamento base.
Resultados y Discusión

Comparación entre ambientes con
diferente grado de intervención
El Análisis de Variancia determinó
diferencias significativas (F=2,33; p= 0,034*) entre los ambientes
con y sin influencia antrópica. La densidad poblacional en las
zonas donde existe una extracción por parte de las comunidades
huaorani es menor que en el bosque sin intervención de la
Parcela de 50 ha del PDBY.
A pesar que la densidad poblacional de adultos fue
similar para las dos comunidades estudiadas, en Timpoka fueron más
evidente las palmas taladas. El reciente traslado a este nuevo
ambiente les proporcionó numerosos recursos, por ello optaron
por talar las palmas Mientras que en Guillero, sobresalen las palmas
caídas por agentes naturales como el viento. Que según
los mismos huaorani este es un problema que se presenta con el
tiempo, ya que la tala de las palmas atrae a parásitos como el
"chontaduro" Rhynchophorus palmarum
nfermedades oportunistas que aprovechan la madera de los troncos en
estado de descomposición y luego debilitan los troncos de los
individuos cercanos que están en pie.
Distribución de
plántulaa prueba de t determinó que la densidad
de plántulas en los bosques cercanos a las comunidades es
significativamente menor (t = -3,413; p= 0.003**) al bosque sin
intervención la Parcela de 50 ha del Proyecto Dinámica
de Bosque Yasuni. Estos resultados muestran que el consumo de frutos
por parte de las comunidades locales ha disminuido la cantidad de
plántulas y por lo tanto las poblaciones. Además estos
resultados se contraponen con lo reportado en las entrevistas: donde
se manifiesta que luego de comer el fruto retornan las semillas al
bosque. Aparentemente, los huaoranis están consientes del
efecto negativo y por lo tanto lo exponen como una forma de manejo.

Figura 1. Gráfico comparativo de la
desviación estandar de la densidad de plántulas de
Oenocarpus bataua en la parcela de 50 ha del PDBY (azul) y el
bosque aledaño a las comunidades Huaoranis (rojo).
Prácticas de Recolección
Antiguamente, los huaorani, subían
a los árboles aledaños a la palma o a la palma misma
amarrándose un bejuco en los pies, lo que les daba mayor
soporte, luego golpeaban la parte superior de la infrutescencia con
un palo. Esto provocaba que los frutos maduros y en muchos casos
toda la infrutescencia madura caiga. Luego recogía los petomos
(frutos en el idioma huaorani) del suelo en un envuelto de hojas o
ponían al hombro la infrutescencia completa. Con el tiempo el
palo para golpear la palma fue sustituido por machete y los bejucos
que se amarran en los pies, por sogas. En
la actualidad, el 60% de los huaorani admiten que para obtener los
frutos talan la palma, principalmente los jóvenes de la
comunidad (entre 15 y 25 años) a diferencia de la población
más adulta (>50 años) quienes prefieren subir a la
palma.

Figura 2: Gráfico de la forma de obtención de los
frutos de Oenocarpus bataua de acuerdo a la edad. Estudio
Realizado en dos comunidades huaorani (Timpoka y Guillero) dentro del
Parque Nacional Yasuní.
La utilización
de horquetas largas no es posibles debido a la dureza del raquis, por
este motivo, los huaorani suben a la palma con sogas y machete o
simplifican el esfuerzo talándola con un hacha o machete.
Uso y aprovechamiento
Los resultados de esta investigación
muestran que Oenocarpus bataua es uno de los recursos
vegetales más útiles para la comunidad huaorani, que de
una u otra manera le proporciona alimento, vivienda, medicina y
múltiples artículos que satisfacen sus necesidades.
En la
construcción:
Las hojas se usan para los techos
de casas tradicionales. Son unas de las más utilizadas y
apreciadas principalmente sor su longitud y duración. Se
colocan transversalmente de bases y por encima se va tejiendo con
hojas de Geonama sp. en forma longitudinal. También
son utilizadas en las partes frontal y dorsal de las mismas casas.
El tallo grueso es usado como pilares y vigas.
Medicinal:
La principal aplicación medicinal es la utilización
del aceite en el cabello. Un 29.5% asegura que le da brillo,
suavidad y fortalece la hebra capilar. Un 17.65% le atribuye
propiedades medicinales para trastornos respiratorios y otro 17.65%
para problemas digestivos.
Los frutos inmaduros se machacan, se hierven y se come
el mesocarpio para curar la tos y la gripe. Según Ocata
(anciano huaorani) el almidón extraído del tallo es aún
más efectivo contra enfermedades respiratorias y digestivas.
Las flores jóvenes (apenas el botón se abre) son
utilizadas contra la disentería.

Figura
3: Tipo de Aprovechamiento de Oenocarpus bataua por dos
comunidades Huaorani (Timpoka y Guillero) dentro del Parque Nacional
Yasuní.
En la
alimentación:
El mesocarpio del fruto maduro
puede ser comestible crudo. Sin embargo, lo más común
es hervirlos en agua, para que se ablande. También se añade
a la chicha de yuca (Manihot esculenta) para darle sabor. El
brebaje de la "chicha" es fermentado con saliva humana.
Esta costumbre ancestral no evidenció ningún problema
mientras los huaorani constituían un grupo cerrado, pero con
el acercamiento de los "cowudi" (palabra en huaorani para
los blancos y otras culturas), estas prácticas crearon las
condiciones propicias para la propagación de enfermedades como
Hepatitis B. La chicha se consigue macerando el mesocarpio y luego
colando junto con el almidón de la yuca. La chicha se reduce
por cocción durante horas. Medicinalmente es utilizado en
personas débiles o enfermas para que "recuperen las
fuerzas"
El palmito se come en fresco y
aseguran que es uno de los mejores palmitos. La parte dura del
palmito se hierve hasta ablandarla, luego se consume. Por otro lado,
cuando se tala la palma, se le hacen unos cortes a lo largo del
fuste, que permitan el desarrollo de las larvas del coleóptero
"chantacuro" (Rhynchophorus palmarum), que también
son comestibles.
El fruto es además reportado
como alimento para animales ya que es consumido principalmente por el
mono chorongo (Lagothrix lagothricha), tucán
(Rhanphastus cuvieri), pava negra (Aburria pipile),
pava colorada (Penélope jacquacu), guanta (Agouti
paca), sajino (Tayassu tajacu) y venado (Mazama
americana). Estos animales son fundamentales para la dispersión
natural de la palma, y esta relación es perfectamente conocida
por la gente local. Pero no sólo los animales del bosque
comen petomos; estos frutos también sirven para alimentar a
los animales domésticos de la comunidad.
Combustible:
Cuando el tronco está bien seco y parcialmente podrido, se
puede utilizar como leña. También el fruto quemado fue
encontrado en el fogón de varias casas. Los huaorani se
reúnen a conversar y comer "petomos" en las
hamacas cercanas al fogón y tiran la semilla para que así
dure más el fuego.
Simbólico
- Espiritual:
Los indígenas Makunos
en Colombia consideran a O. bataua como una reencarnación
de sus ancestros femeninos que aún alimentan a los vivos con
leche de sus pechos, simbolizada con la chicha que se prepara de sus
frutos (Schultes 1974). Para los huaorani, en cambio, el petomo
constituye una fuente de vitaminas y por lo tanto alarga la vida.
Cuentan que los viejos, cuando eran nómadas y por cuestiones
conflictivas intra e intergrupales, se escondían en la selva y
se alimentaban de petomos; así podían resistir las
largas caminatas y los enfrentamientos. Actualmente los petomos
tienen fundamental importancia en la elaboración de la chicha,
la cual no puede faltar principalmente en las fiestas.
Artesanías:
Las hojas se usan para elaborar canastas improvisadas para
transportar frutos y otros productos a la comunidad. El color azul
oscuro, violáceo del mesocarpio sirve como tiente para el
cuerpo y artesanías. Las semillas son utilizadas
ocasionalmente en la elaboración de collares.
Roles
vinculados al Género
Según lo observado, los hombres son quienes
mayormente acuden en busca de los frutos al bosque. Son ellos
quienes suben a los árboles, golpean la palma, cortan los
cogollos o simplemente la talan. Las mujeres, que en edad fértil
suelen llevan en brazos un bebé, son quienes recogen los
frutos o la inflorescencia del piso y llevan a la casa. Igual a lo
que sucede en la cacería: el hombre es quien caza y la mujer
es quien carga la presa.
La elaboración
de la chicha está a cargo de la mujer, ellas acostumbran a
reunirse, compartir y repartir la chicha. Para fermentar esta bebida
se utiliza saliva de una o varias mujeres de la comunidad. En
cuanto a la fabricación del aceite también lo realizan
las mujeres aunque en menor escala.
Destino
final de las semillas
A pesar que los resultados de las
entrevistas señalan que la mayoría de los huaorani
retornan las semillas al bosque, este resultado no refleja la
realidad. Según observaciones personales, al momento de
comer, botan la semilla en el lugar en que se encuentren: en el
patio, en el fogón, a las afueras de la casa, en la entrada,
en el río, donde conversan, etc. Mientras uno camina por las
casas huaorani es común encontrar semillas de Oenocarpus
bataua en todos lados. En ocasiones, cuando barren afueras de
las casas, las semillas se acercan más hacia las chacras, en
donde si es común encontrar pequeñas plántulas
de O. bataua. Sin embargo, estos resultados indican que "sí"
existe una conciencia de conservación para promover la
regeneración de esta especie, aunque no siempre lo cumplan.
Los huaorani, al responder a esta pregunta contestaban: "las
semillas regresamos al bosque para que vuelva a criar"
Comercialización
Los Huaorani no se
caracterizan por ser comerciantes a diferencia de otros grupos
amazónicos como los Quichuas o Cofanes, a quienes se ve con
frecuencia en las ferias cercanas de los poblados (Pompeya, Lago
Agrio o el Coca) vendiendo sus productos. Solo un 35% admitió
haber vendido alguna vez el "aceite de la unguragua" como
es conocido en el mercado. Y esto sucede solo en el caso que
necesiten el dinero o bajo pedido de algún Cowudi (blanco o
mestizo), que generalmente trabaja en las compañías
petroleras cercanas. Un plato de petomos crudos (con 10 -15 frutos)
puede tener un precio entre 0,50 - 1 dólar americano y 1 -
2 dólares la taza de aceite.
Conclusiones

Estudios a gran escala como en la Parcela de 50 ha del
PDBY y el STRI, permiten tener una mejor idea de cómo es la
estructura y dinámica de los bosques tropicales. Los datos
recopilados abren las puertas a múltiples investigaciones
ecológicas y socioeconómicas.
Las poblaciones de Oenocarpus
bataua están decreciendo en el bosque con influencia
Huaorani y esto se debe principalmente a las nuevas practicas
occidentales que han adquiridos los huaorani en estos últimos
años. Fenómeno que puede ser muy similar en otras
culturas de la cuenca amazónica.
Entre los principales problemas esta el talar la palma
para la extracción de las inflorescencias y en la falta de
reposición de las semillas al bosque.
A pesar de la influencia externa, los huaorani aún
mantienen un profundo conocimiento sobre la ecología del
bosque. Este conocimiento es de gran utilidad para el desarrollo de
programas de manejo de esta u otras especies.
Preguntas para el Futuro
Es importante realizar estudios fitopatológicos
para examinar el debilitamiento de los tallos, en zonas donde la
tala de esta especie es común.
No es una coincidencia que los lugares de mayor
biodiversidad en el mundo sean aquellos que están
resguardados por los pueblos indígenas. ¿Es entonces
la contaminación social la mayor amenaza parta la
conservación de la naturaleza?
Referencias

Cerón, C.E. & C.G. Montalvo. 1998.
Etnobotánica de los Huaorani de Quehueiri - Ono,
Napo - Ecuador. Editorial Abya - Yala. Quito, Ecuador.
Davis, E.W. & J.A. Yost. 1983.
The Ethnobotany of the Waorani of Easter Ecuador. Botanical Museum
Leaflts, 29(3): 159-217.
Mendoza, P. I. 1994. Identificación
de los Frutos Comestibles y Silvestres recolectados por los
indígenas Huaorani de la Comunidad de Toñampari, en la
Amazonía del Ecuador. Tesis de Licenciatura, Pontificia
Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador.
Sirotty, L. & G. Malagotty. 1950.
La Agricultura en el Territorio Amazonas: Explotación
del Seje (Jessenia bataua) palma oleaginosa. Caracas,
Venezuela.
Schultes, E.R. 1974. Palms
and Religion in the Northwest Amazon. Principles,
18:03-21.